“Para empezar…”
Este artículo va destinado a caracterizar y diferenciar la pedofilia de la hebefilia. Se trata de dos conceptos que, aunque comparten similitudes, como lo son el interés físico y sexual hacia los menores, hay algunas diferencias importantes a tener en cuenta.
En general, en el imaginario colectivo, se tiende a pensar que, en la mayoría de los casos de abuso sexual infantil (a partir de ahora ASI), el pedófilo tiene interés en cualquier tipo de menor, sea cual sea su edad, sexo o género, entre otras características.
El interés por los menores no es solo una cuestión sexual, sino también emocional y del vínculo que se establece entre adulto y menor. Este vínculo puede venir dado por muchos factores, como por ejemplo la relación familiar, pero en este artículo nos centraremos en la edad que tienen estos menores.
Para empezar, es necesario subrayar que ambos conceptos no implican cometer un delito; se trata de parafilias que, junto al apoyo y a la prevención, pueden ser tratadas sin pasar al acto, considerado un delito penal.
El término cronofilia
Antes de comentar las diferencias entre pedofilia y hebefilia, hay que explicar el concepto más general que engloba ambos términos.
Se trata del término cronofilia y “sirve para describir los tipos de parafilia en el que el rango de edad o el estado de vida de una persona se convierten en un propósito de atracción sexual para otra persona” (Seto, 2017).
A nivel etimológico, chronos hace referencia al concepto de tiempo dentro la mitología griega, y filia significa amor o amistad. Es por ello, que hay algunas parafilias que son definidas según la atracción por la edad de un individuo.
Entre ellas encontramos las referidas en este artículo (pedofilia y hebefilia) pero hay otras más: infantofilia, efebofilia, teleiofilia y gerentofilia (se pueden encontrar explicadas en el mismo artículo de Seto, 2017).
Diferencia entre pedofilia y hebefilia
Hay que poder diferenciar entre los términos pedofilia y hebefilia, puesto que existen criterios distintos para su comprensión. Es muy importante tener clara la diferencia, ya que ésta es fundamental.
- La pedofilia se refiere a las personas que sienten una atracción sexual hacia los/las menores de 11 años aproximadamente. El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-V, por sus siglas en inglés) define la pedofilia como “la excitación sexual intensa y recurrente derivada de fantasías, deseos sexuales irrefrenables o comportamientos que implican la actividad sexual con niños/as prepúberes, generalmente menores de 13 años” (DSM-V, 2013). Pero existen diferencias en el criterio de la edad del menor: algunos autores ponen el límite en los 11 años aproximadamente, mientras que otros lo hacen en los 13. Más adelante comentaremos este fenómeno.
- Por otro lado, la pedohebefilia o directamente hebefilia, corresponde a una atracción sexual hacia menores de entre 11 y 14 años. Este rango equivale a una segunda etapa del desarrollo: la pubertad.
Es muy difícil poner una edad límite para diferenciar la pedofilia de la hebefilia, puesto que no todos los niños/as tienen el mismo desarrollo ni éste se da al mismo tiempo. Es por ello que, aunque los expertos en el tema estiman una edad límite aproximada, utilizan otro criterio para diferenciar estos dos conceptos: el desarrollo físico de el/la menor.
Pedófilo o hebéfilo y el (DSM-V, 2013)
La atracción que puede tener un pedófilo o hebéfilo por un/a menor se especifica en el mismo manual (DSM-V, 2013) de las siguientes formas:
- Exclusiva: sentir atracción por los/las menores, sin tener atracción sexual hacia adultos.
- No exclusiva: sentir también atracción sexual hacia adultos.
Asimismo, también se pueden diferenciar según el sexo de los/las menores:
- Sentir atracción sexual hacia el sexo masculino
- Sentir atracción sexual hacia el sexo femenino
- Sentir atracción sexual por ambos sexos (mixto)
¿Y eso por qué? Porque no importa tanto la edad del menor, sino la apariencia que tiene durante su desarrollo físico y sexual.
Así que, por tanto, es necesario comentar qué es el desarrollo físico y sexual de un/una menor, para poder entender las etapas de su desarrollo.
¿Cómo se da el desarrollo físico de un/a menor?
Aunque las niñas suelen comenzar el proceso de la pubertad a los 10 u 11 años, los niños inician a los 11 o 12 años.
La pubertad, adolescencia inicial o adolescencia temprana es la primera fase de la adolescencia y de la juventud. Normalmente abarca de los 10 a los 14 años de edad aproximadamente. En la pubertad se lleva a cabo el proceso de cambios físicos.
El crecimiento se acelera en la primera mitad de la pubertad, y alcanza su desarrollo al final años más tarde.
Por ejemplo, algunos cambios que caracterizan tanto a niños como a niñas en esta etapa son el crecimiento de vello púbico y corporal, el aumento de estatura y los cambios en el olor y en la piel (acné). Las diferencias corporales entre niños y niñas antes de la pubertad son casi únicamente sus genitales.
Durante la pubertad se notan diferencias en cuanto a tamaño, forma, composición y desarrollo funcional en muchas estructuras y sistemas del cuerpo. Las más obvias son las características sexuales secundarias.
En los niños crece el pene y los testículos, mientras que en las niñas hay cambios en la vagina, útero y ovarios, así como el inicio de la menstruación. En sentido estricto, el término «pubertad» se refiere a los cambios corporales en la maduración sexual más que a los cambios psicosociales y culturales que esto conlleva (Güemes-Hidalgo et al., 2017).
Una vez finalizada la etapa de pubertad, llega la adolescencia. Esta se define a grandes rasgos como el crecimiento y la maduración del individuo. La adolescencia comprende un período de tiempo impreciso: la considerada adolescencia inicial (pubertad) entre los 10 y 14 años, la adolescencia media entre los 15 y los 17 y la tardía de los 18 a los 21.
Sin embargo, como ya hemos comentado, es extremadamente difícil cuantificar estas etapas del desarrollo humano, puesto que cada individuo crece y madura a su ritmo y las diferencias individuales pueden ser significativas.
La escala de Tanner es una aproximación cualitativa para dar un acercamiento a estas posibles categorías. En ella se da una valoración de la maduración sexual a través del desarrollo físico de los niños/as, adolescentes y adultos.
La escala define las medidas físicas sexuales, como el tamaño de las mamas, genitales, volumen testicular y el desarrollo del vello púbico. Los artículos de los autores Marshall y Tanner (1969; 1970) categorizan estas edades según las niñas y los niños, respectivamente.
Es importante tener en cuenta que muchas veces no importa tanto el rango de edad en la atracción, como la apariencia en el desarrollo.
No obstante, es de suma importancia no poner nunca la culpa en el/la menor, en su desarrollo o en su apariencia. Por ello, ÂngelBlau confía en la prevención y el tratamiento de estos trastornos, para asegurar la vida de los/las niños/as.
Si crees que podemos ayudarte o tienes cualquier duda puedes llamarnos
al
93 642 53 81, o envíanos un correo a info@angelblau.com.
ARTÍCULO ESCRITO POR EL PSICÓLOGO JOAQUIM ALMEDA (VICEPRESIDENTE DE ÂNGELBLAU) Y LA PSICÓLOGA PAULA LLORENS (VOLUNTARIA EN ÂNGELBLAU).
Referencias
American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-5). American Psychiatric Pub.
Güemes-Hidalgo, M., Ceñal González-Fierro, M., & Hidalgo Vicario, M. (2017). Desarrollo durante la adolescencia. Aspectos físicos, psicológicos y sociales. Pediatría integral, 21(4), 233-244.
Marshall, W. A., & Tanner, J. M. (1969). Variations in pattern of pubertal changes in girls. Archives of disease in childhood,44235), 291–303.
Marshall, W. A., & Tanner, J. M. (1970). Variations in the pattern of pubertal changes in boys. Archives of disease in childhood,45(239), 13-23.
Seto, M. C. (2017). The puzzle of male chronophilias. Archives of Sexual Behavior, 46(1), 3-22.